INJERTANDO MANGOS EN JUNIO

Normalmente el mango se suele injertar durante los meses de julio y agosto. Durante la primavera los mangos despiertan de su letargo invernal y comienzan a echar los primeros brotes. En plantas adultas, estos  brotes suelen ser de flores y tras el cuaje del fruto comienzan a echar los sucesivos brotes de madera; es decir las futuras ramas. Son precisamente estos brotes, una vez que estén hechos (que suele ser para los meses antes mencionados), los que se usarán para injertar las plantas.

La época de injertar no te lo dice el mes, sino el estado en que se encuentre la púa; es decir, ha de estar con la yema a punto de reventar, sin que haya brotado. Lo que ocurre es que la mayoría de las púas aptas para injertar si que es verdad que suelen estar a punto en los meses de julio y agosto.

Existen yemas de años anteriores que, por las razones que sean, se han retrasado a la hora de brotar y por este mes de junio es cuando lo hacen. Si hemos hecho bien las cosas, estas yemas ya estarán pinzadas, con lo que brotarán por 4 o 5 yemas secundarias. Este hecho es doblemente interesante, ya que por un lado, de las púas que vamos a injertar salen ya las primeras ramitas, con lo que desde la base le vamos dando forma a nuestra árbol y, en segundo lugar, que los injertos que hagamos tendrán una crecida más que los que hagamos en el mes de agosto.

Pues bien, esta tarde nos han cargado la acequia Almansa y mientras regaba el huerto, he visto que algunos árboles tenían yemas a punto de brotar. Sin pensarlo dos veces, he cogido las herramientas y me he puesto a injertar mangos.

El método que utilizo es el de púa adherido a la rama, la cual ha de estar bien lignificada para que pegue bien el injerto.

Primeramente suelo cortar la púa a lo largo. Según el grosor y el largo del corte de la púa así cortaré la corteza de la rama que va a soportar el injerto, es bueno que sean del mismo tamaño para que coincidan perfectamente púa y rama.

Suelo dejar un poco de corteza sin cortar para que soporte la parte inferior de la púa, mientras que la púa adquiere forma de cuña, que encajará en esa corteza.

Por otra parte, suelo cortar las ramas de la planta que voy a injertar dos niveles por encima del lugar donde realizo el injerto. Esto es para que me sirvan de soporte a los futuros brotes y, por si acaso, para tener más rama donde injertar por si fallaran estos primeros injertos.

Pues nada, una vez introducida la púa, se adhiere bien con la cinta y finalmente, siguiendo el consejo de mi amigo Ángel Alaminos (que fue precisamente el que me enseño a injertar) le suelo atar en el lugar del injerto hojas de la misma planta que protegerán del sol el injerto

Y nada más, ya solo queda esperar que broten y que el tiempo nos acompañe.