

Hay muchos productores que suelen recolectar el aguacate Hass en el mes de diciembre y, aunque cada uno puede hacer lo que quiera, este aguacate no está todavía hecho, le falta por lo menos un mes. Lo que ocurre es que viene la campaña de Navidad, donde suele ser habituales en las mesas por esas fechas y, debido a la demanda, suele tener buenos precios. Incomprensiblemente, el aguacate de la variedad fuerte (el de forma de pera y con la piel lisa) que por estas fechas está en su punto, siendo un fruto extraordinario, baja su cotización por la irrupción en el mercado de esta última variedad, que todavía no está hecha.

La variedad de aguacates más temprana es la Bacon, que se viene para el mes de octubre, sale el kilo por 1€ y, como es un aguacate de gran tamaño, que carga todos los años y muy duro, suele ser rentable, a pesar de la bajada de precios posterior. Por el mes de noviembre empieza la campaña del aguacate Fuerte, entonces es éste el que se cotiza a euro más o menos y el Bacon, que para ese mes ya ha cogido su porcentaje de grasa óptimo y, en consecuencia, está mucho más sabroso, pues inexplicablemente baja el precio casi a la mitad.
Lo mismo ocurre por el mes de diciembre cuando comienza la campaña del aguacate Hass, que baja el precio de Fuerte, porque la otra variedad está más cotizada, sin tener en cuenta que por esas fechas la fruta que cotiza más barata es precisamente la más sabrosa.

Desde hace tiempo llevo pensando que debería de haber inspecciones en todas las corridas de fruta para controlar la calidad de los productos que se comercializan y, si una fruta no está en su punto, deberían de echarla al contenedor y al agricultor no pagarle un duro, al tiempo que le metían una buena multa al dueño de la corrida por aceptar productos que no están en su punto.
De esta manera, la fruta se recogería en su tiempo, utilizando criterios de calidad y no especulando con los precios ni con los agricultores. Y otra cosa que pienso: imagino a un consumidor de Madríd, Valladolid o Zaragoza, que compre un kilo de aguacates insípidos por 3€, o de chirimoyos verdes y que saben a madera por 2€ (fuera de campaña), y pensará, hoy me he gastado el dinero en esta fruta, pero no la vuelvo a comprar más en la vida, porque no sabe a nada. Y finalmente la acción del agricultor espabilado y del almacenista pirata, perjudican, a la larga, a ellos y a todo el sector.

Me enrollo, me enrollo, y no escribo lo que debo. Quería comentar que tengo unas cuantas plantas de aguacates de la variedad Hass que están cargados de fruta, muchos de ellos ya han adquirido su madurez, mientras que otros todavía no han alcanzado el calibre adecuado para comercializarlo (exigen 156 gramos por fruto). Otra de las ventajas que tiene esta variedad de aguacates es que si aclaras el fruto, los que quedan en el árbol siguen engordando.
Pues eso es lo que he hecho esta mañana, he dado un repasillo a los árboles más cargados y los he liberado de peso, posibilitando que el resto engorde, ya que hasta el mes de marzo no cogeré el resto.
Y lo que decía del precio; el año pasado por estas fechas estaba el kilo de aguacates Hass a 1'40€ mientras que este año los están pagando a 1'80€. Finalmente he cogido 9 cajas largas, unos 180 kilos.
También he seguido sembrando semillas para el huerto. Hoy le ha tocado el turno a las guindillas picantes riojanas, y a otras de San Asensio (también de La Rioja), he echado también otro semillero de tomates rosados y otras semillas de tomates del terreno que me trajo mi compañero Franc de Güejar Sierra, de la provincia de Granada (son tomates de altura, veremos a ver como se dan a nivel del mar).
Ya tengo el invernadero casi a tope, más adelante echaré otros semilleros para plantas más tardías.