Sobre la influencia de la Luna en el crecimiento de las plantas existen opiniones muy contradictorias.
La línea oficial, la de los investigadores científicos, que opina que la influencia de la Luna en los cultivos es pura superstición.
Por otro lado existe una opinión, muy extendida entre los agricultores (trasmitida de generación en generación), que siguen el calendario lunar para realizar las tareas agrícolas, sobre todo a la hora de sembrar las plantas.
Estas prácticas tradicionales nos dicen que:
- Hay que sembrar en Luna creciente (entre Luna nueva y Luna llena) las plantas que crecen en altura y dan frutos: tomates, pimientos, habichuelas, guisantes, etc., y...
- Que debemos sembrar en Luna menguante (entre Luna llena y Luna nueva) las plantas que se desarrollen bajo tierra o a ras del suelo: patatas, zanahorias, nabos, lechugas, col, apio, etc.
Dice también la tradición, que dentro de estas fases, existen unos días mejores que otros para sembrar. En concreto, para las plantas que se desarrollan en altura (que hemos visto anteriormente), el momento más adecuado de sembrarlas es dos días antes de la Luna llena.
En este mes de febrero los dos días anteriores a la Luna llena coincidió con el día 16. Ese día llovió mucho, también lo hizo el día anterior, con lo que no pudimos sembrar los tomates y ni los pimientos.
Hoy, día 18, con una estupenda Luna llena, hemos sembrado nuestro huerto temprano. Veremos a ver si a los tomates no le salen colmillos o a los pimientos les da por aullar.
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