Como ya sabéis, a los pimientos hay quitarles todos los brotes que surgen en el tallo principal, en las axilas de las hojas y por debajo de la cruz, dejando el tronco limpio. A partir de la cruz el pimiento suele abrirse formando, algunas veces 2, pero normalmente de 3 a 5 tallos. Justo en el vértice de la cruz el pimiento echa la primera flor (a veces echa más de una), estos pimientos, por tanto, son los primeros que cuajan en la planta.
Los brazos del pimiento crecen, en diagonal y hacia arriba (en función también del peso que soportan), por tramos. Al final de cada tramo los tallos se vuelven a abrir en brazos secundarios, echando nuevas flores en los nuevos ángulos que se han formado y así sucesivamente, con lo que el porcentaje de frutos que echa una planta aumenta en función de los tramos que crezcan. Cuando la planta agota su ciclo vital deja de echar nuevos tallos, paralizándose también, por tanto, su producción. Normalmente los primeros pimientos suelen ser los de mejor calidad y tamaño ya que todos los nutrientes de la planta son absorbidos por un número reducido de frutos, cuantos más pimientos haya a menos tocan.
El amigo VIÑALARGA me sugirió que, en algunas plantas, probara a quitarles también los tallos secundarios que surgen de los brazos principales de la mata, de tal manera que siempre se quede una línea de crecimiento en cada brazo. Esta práctica nunca la he hecho aunque se que suele ser habitual en los invernaderos. Por mi parte me intriga ver el resultado del experimento en mi hortaliza, con lo que he seleccionado dos plantas de los pimientos primeros, que están al principio de la plantación y ya veremos a ver como funciona la cosa.
Llevaré un control exhaustivo entres las plantas seleccionadas y las inmediatamente compañeras para comprobar cómo se comportan en cuanto a rendimiento y a calidad de su frutos, ya os iré contando. Si me da buen resultado ampliaré el experimento a los pimientos segundos, que tienen un marco de plantación mucho mayor que los primeros. Esto lo digo porque, con este método, supongo que los tallos que le crezcan a los pimientos serán mucho más largos que con el otro y, por tanto, necesitarán más espacio.
Después estuve azufrando los pimientos, los tomates, los calabacines y las parras. También le eché cobre a los mangos.
Finalmente limpié la hierba que había entre la higuera del segundo bancal y los mangos grandes. En ese espacio están sembradas las alcachofas que, por cierto, al haber terminado su producción, las segué y brotarán el años que viene; un peral, algunas acelgas y dos plantas de guindillas. Justamente en estas últimas vi un ejemplar de camaleón joven, probablemente sea de la hornada de este año.
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