AMANTES DEL CAMPO

domingo, 17 de junio de 2012

SELECCIÓN DE SEMILLAS DE TOMATE


El problema que tengo con las tomateras este año, al tirar la mayoría de las flores, no ha impedido que algunos de sus frutos lleguen a buen término.


Los primeros tomates gordos "abarquillaos", procedentes de Charches (Granada), ya han alcanzado su punto de madurez y están en condiciones de ser recogidos para seleccionar sus semillas. Estos tomates son muy parecidos a las tomatas riojanas, tanto en tamaño y forma como en sabor, yo diría que son los mismos, nada más que aquí se les llama tomate gordo.

Seguimos, para realizar una buena selección debemos escoger los mejores ejemplares de la primera flor del tomate. Si los frutos de dicha flor no fueran los que mejor definieran el fenotipo del tomate que queremos seleccionar, tendremos que escoger aquel fruto que sí lo haga, sea ya de la segunda o tercera flor.


El tomate para consumirlo con todo su sabor ha de estar maduro en la planta. Para el caso que nos ocupa, que es la selección de las semillas de tomate, con más razón ha de estar bien maduro, yo diría que un poco pasado para el consumo.


Los mejores ejemplares de tomates del huerto vienen de camino, pero ya está totalmente hecho un fruto que cumple todas las características de la variedad que queremos seleccionar: lo primero es que está muy sano, que supera los 650g de peso y que ha adquirido esa forma característica por los lados más largos, como si se elevara (que es la que le da el sobrenombre de "abarquillao".

Bueno, para desprender las semillas del fruto yo procedo de la siguiente manera:


1º Se corta el tomate de forma transversal, de esa manera quedan a la vista las semillas.

2º Con una cucharita pequeña se extraen las semillas procurando que estén lo más limpias posibles, evitanto en lo posible que lleven pegada carne del tomate.


3º A continuación se echan las semillas en un frasco de cristal o de plástico que contenga un poquito de agua (si ha caído mucho jugo del tomate no hace falta). Ahí estarán 4 o 5 días  hasta que fermente el caldo.

4º Pasado ese tiempo las semillas se vierten sobre un colador y se lavan hasta que se queden limpias.


5º Finalmente se depositan sobre un paño o sobre papel de cocina lo más esparcidas posible. Cuando estén secas, las que hemos secado con el paño, se introducen en un bote de cristal con un poco de tiza y se mezclan con un poquito de azufre o de oxicloruro de cobre y se guardan en un lugar fresco y oscuro. Lo ideal sería una nevera que estuviera a una temperatura de 4ºC.

Las que hemos secado en el papel de cocina se quedan pegadas a él, solamente hay que doblarlo e introducirlo todo junto en el bote de cristal. También ha de estar en lugar fresco y sin luz. A la hora de echar el semillero al siguiente año se abre el papel, se deposita encima de la tierra, se le cubre un poco con mantillo y se riega. El papel de cocina se deshace con la humedad y no impide que las semillas broten.

Con este proceso ya tenemos aseguradas nuestras semillas de tomate abarquillao para la próxima campaña.

1 comentario:

  1. Por el nombre me había hecho la idea de que era un tomate que consumí hace al menos 20 años y no he vuelto a ver. Se trataba de un tomate tipo pera pero con forma de barquilla, como si fuera un platanito.

    Saludos

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