La campaña del chirimoyo ha comenzado ya en Almuñécar. Tras la vega de Motril, los chirimoyos que se vienen después son los de las lomas de Almuñecar, lo que aquí llama la gente el secano (aunque se riega al mismo tiempo que la vega).
En este mes de octubre los agricultores de Almuñécar se encuentran con la campaña ya empezada y los precios por los suelos.
Yo le tengo vendido el fruto de los chirimoyos a Juanma. Es un muchacho joven, fuerte y muy trabajador. Me comenta que ha dado una "rebusquilla" de los frutos más gordos, pero se le notaba el rostro desolado. Hemos hablado del precio y me ha dicho que los gordos están a 30 céntimos y los medianos a 10, incluso algunos almacenista no dan precio al agricultor, les dicen que los lleven y que ya les dirán a cuanto sale.
Es una verdadera vergüenza. Si pensábamos que el año anterior había sido malo las perspectivas del siguiente son peores. Y así, un año y otro. Le he comentado que me dan ganas de coger la motosierra y segar todos los chirimoyos de los bancales.
Más adelante, cuando se acaba la campaña en Motril, se vienen los frutos de la vega de Almuñécar y ya el precio sube un poco, pero no como para hacerse rico. Recuerdo que hace 30 años, cuando compramos nosotros los chirimoyos, que los del suelo los pagaban a 200 pesetas. Esos años fueron los mejores de la historia del chirimoyo, la gente hizo mucho dinero. Esos tiempos no volverán.
He dado también una vuelta y las patatas están enormes, algunas han echado flor. Este fin de semana les meteré un buen riego, aunque la tierra todavía tenía humedad y estaba muy esponjosa.
Las esponjas (lufa) estén enormes. Ya se las distinguen bien entre las ramas de los aguacates.
He cambiado las bombillas de los faroles de la esquina del cortijo y del lateral de entrada. De camino les he pegado un limpión a los cristales que estaban negros.
Se ha roto un bebedero de las gallinas y se había vaciado el depósito (ya le quedaba poca agua). Se lo he arreglado y lo he vuelto a llenar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario