AMANTES DEL CAMPO

viernes, 17 de agosto de 2012

PÚAS DE MANGOS EN AGOSTO DE 2012


Llevo más de 15 años cultivando mangos y jamás he visto lo que está ocurriendo en la presente campaña.


El mango suele tener una primera floración por el mes de marzo-abril. Dicha floración suele perderse debido a las bajas temperaturas que todavía tenemos por esas fechas y, tras ésta, la planta desarrolla otra floración, que también he podido comprobar en múltiples ocasiones, suele perderse en la mayoría de los años, y es la tercera floración la definitiva, donde cuajan la mayor parte de los frutos.

Como decía al principio, en esta campaña, ha ocurrido un hecho inusual y es que la mayor parte de los mangos adultos han cuajado la primera o segunda floración, se han cargado de fruto y la presente campaña  va a ser extraordinaria (otra cosa será el precio que tengan en el mercado, que como debéis de imaginar estará por debajo del euro; si no, al tiempo).

He visitado fincas de mangos en diferentes zonas de la comarca, tanto en laderas bajas como en altas, y en todos los lugares el cuaje ha sido muy abundante. Daba gusto ver los mangos de la finca El Zahorí, situada en alto y dominando el barranco de Ítrabo. También las que he visto de río Seco están cargados de fruto, imagino que en la zona de Motril y Salobreña y en la Axarquía malagueña ocurrirá otro tanto.


¿Qué es lo que ocurre pues este año? volviendo al tema que nos ocupa, pues muy sencillo, que el crecimiento de madera de las plantas es mínimo y, el que ha brotado, lo hace con púas débiles, muy delgadas y no aptas para ser injertadas. Al estar las plantas con tanto fruto la mayor parte de la savia (de la salud de la planta, como dicen mis vecinos) es absorbida por el mismo, con lo que los excedentes que queden son escasos para el desarrollo de madera del árbol.


Las púas que injerté en el mes de junio las he despuntado ya por dos veces, con lo que están comenzando su tercera brotación. Imaginad la ventaja que llevan respecto a las que injerte ahora en agosto. Por esas fechas no injerté todos los árboles un tanto por pereza y, otro tanto, por confiar en que para agosto lo haría con más tiempo y tranquilidad. Las 11 plantas que me quedarán por injertar después de este año procuraré hacerlo en junio.

Menos mal que yo poseo numerosas plantas de 2 y 3 años, que tienen púas extraordinarias y que me van a servir de materia prima para los injertos que estoy haciendo en estos días.


Hoy he injertado 8 mangos a 3-4 púas por planta, todos de la variedad Osteen. Me quedan para el fin de semana otras 8 plantas más el mango Nº 2, que podé en abril, que lo voy a injertar de la variedad Keitt de la planta Nº 4.

Las plantas que estoy injertando tienen un tronco superior al diámetro de la muñeca. Poseen mucha salud porque los llevo regando desde que empezó el verano 3 veces por semana a razón de 1 hora con goteos de 8 litros. Alcanza ya una altura, en la mayor parte de los casos, superior a los 2 m. y procuro colocarles las púas a la altura del pecho (de mi pecho, pensar en un pedazo de cuerpo de 1'65 m. de altura -todo un chicarrón del Sur-).


La rama la corto unos 50 cm. por encima del injerto, para que cuando empiecen a crecer atarlos a la misma y evitar que con los vientos se puedan tronchar. También, de esta manera me ahorro el trabajo de encañarlos más adelante. Ésto tiene el inconveniente de que nacen muchos brotes locos de las yemas que quedan, pero debemos repasarlas periódicamente y eliminarlos cuanto antes para que los injertos reciban toda la fuerza de la planta.

El día 9 eché una erilla de tomates negritos para sembrarla el mes que viene, pues ya han nacido; ahora, con el calor, da alegría ver el ritmo que adquieren las plantas.


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