CAMALEONES

Otro de los alicientes que tiene nuestra finca es que, cuando menos te lo esperas, sale volando una perdiz de entre la maleza o te encuentras de repente con un camaleón agarrado a las ramas de un árbol.

Esta tarde, cerca del pozo, vi por debajo de los árboles a un pollo de perdiz tremendo, que, esbelto y lozano, caminaba sobre la hierba recién cortada del bancal de los aguacates.

En los últimos días he visto varias perdices en diferentes zonas del cortijo, incluso escucho los reclamos del macho en su cortejo primaveral.

Pero lo que más me sorprende es cuando me encuentro con un camaleón sobre la rama de un árbol. Debería de estar acostumbrado, ya que llevo muchos años viéndolos, impasibles y vigilantes, por las ramas de los mangos, de los limoneros y de los aguacates (son sus árboles preferidos), pero más que descubrirlos yo a ellos, pienso que son ellos, con sus ojos "ennoclaos", los que nos observan a nosotros.

Me dirigía a ver los injertos de ciruelo que hicimos el 16 de febrero, por cierto algunos ya brotando, cuando, sobre la rama de un mango, vi un camaleón, camuflado y estático, esperando que se le cruzara un infeliz insecto.

En Almuñécar existe una población abundante de camaleones repartidos por sus vegas y laderas. Los que andan por nuestro cortijo, los cuidamos, los protegemos y les tenemos gran admiración. Son nuestras mascotas más prehistóricas.