MANGOS TOMMY ATKINS

El mango Tommy Atkins es una variedad que posee gran calibre, de color rojizo tirando a morado, con forma texticular y un aspecto agradable y vistoso.

Pero tiene como inconvenientes que es muy susceptible a la picadura de la mosca, que tiende a rajarse al final de su maduración y , sobre todo, que la carne que bordea el hueso se suele poner blanda y gelatinosa, adquiriendo un aspecto desagradable.

En el Cortijo poseemos ocho variedades de mangos, el mencionado Tommy Atkins (una planta), Irwin (dos plantas), Keitt (una planta), Sensación (una planta), Valencia Prade (una planta) Super Haden (una planta), El "Osborne" (una planta) y, la variedad más comercial, la Osteen, de la que ya he injertado unas cuarenta plantas.

Las diferentes variedades son para el consumo de la casa, con la idea de tener mangos tempranos (Irwin) y tardíos (Haden y Keitt). La variedad Osteen la dedicaremos en el futuro a la venta, eso no quita que más de uno caerá en la mesa.

Ante los inconvenientes que poseen los Tommy Atkins he decidido cortarlo y cuando le salgan brotes nuevos los injertaré de la variedad Keiit, que tienen un sabor extraordinario, no los pica la mosca porque posee una piel muy dura y es muy tardío, pudiéndose consumir desde noviembre hasta marzo o abril del siguiente año.

Es durante el mes de abril cuando se debe hacer esta tarea. He cortado las tres ramas principales a una cuarta por encima de la cruz. La corteza del mango es muy delicada y el sol los envejecen muchísimo, debilitando sensiblemente la planta. Por ello, es conveniente pintar los troncos y la herida con el fin de protegerlo de los rayos solares.

Tenía restos de pintura blanca y le he añadido, como hace el amigo VIÑALARGA, un poco de oxicloruro de cobre. Para el mes de agosto tendrá ya tallos susceptibles de injertar (si no lo haremos el año que viene). Al poseer un tronco bastante grueso y, en consecuencia, un sistema radicular muy desarrollado, en un par de años estará de nuevo formado, ahora ya, con la variedad deseada.

De camino que pintaba el mango cortado he aprovechado para pintar también los troncos de los mangos que había injertado en los dos últimos años, con ello, como ya he explicado antes, los protegemos contra el sol y evitamos que envejezcan prematuramente.