RECOLECTANDO PIMINETOS

Hay veces que tengo la misma sensación con el campo que con mis alumnos del PCPI. Muchachos desorientados, perdidos en su juventud, con muchas fantasías y sumidos en una nube de confusiones, frustraciones y complejos.

Son barbecho que hay que meter en labor, hay que trabajarlos y darles un buen arado, definir y resumir sus objetivos en función de la realidad personal de cada uno. De esta manera y a lo largo de todo un año, vas sembrando en ellos algunas semillas y plantas, los vas guiando por el camino correcto, los abonamos con el abono más sencillo y natural que es la vida misma, para finalmente recoger de ellos la mejor de sus  cosechas, que es su propio éxito.

Al igual que ocurre en el campo, no todas las plantas agarran e incluso algunas se pierden en mitad de la cosecha. Siempre hay fallos en el sembrado, nunca está la plantación completa. Aunque la mayoría termine dando fruto, siempre queda la angustia de no saber si has hecho todo lo que has podido. Es posible que si hubiese tenido cuidado en su momento alguna planta más hubiera salvado.

Pues bien, ya finalizando el curso estoy empezando a recoger mi cosecha. Un 60% de mis alumnos han conseguido terminar. Otro 20% puede aún recuperarse, pero el resto, ese 30 % es el que me angustia, el que se me queda en el camino, ¿qué será de ellos?

De la misma manera, ahora estoy empezando a recoger los frutos del huerto. Aquí han sido pocas las plantas que se han perdido y, de las que lo han hecho, han sido por causas ajenas a mí. Es por ello que las satisfacciones que obtengo del campo son, si acaso, más completas que las de mi profesión.

Hoy cogiendo los pimientos y tomates y contemplándolos encima de la mesa experimentaba la misma satisfacción que cuando un alumno me llama la atención desde la otra acera de la calle solamente para decirme "adiós maestro" y comentarle al coleguilla que va con él: ese es Javier, mi maestro del PCPI, es de cohones. Es la sensación del trabajo bien hecho. Así que cuando tenía en mis manos la bolsa de pimientos he pensado también algo parecido a la expresión de mis alumnos.

Esta mañana cayó otro chaparrón, 5 l/m².

Por cierto, tengo unos escarabajos sobre los mangos que no se si pudieran ser perjudiciales. La verdad es que los mangos me han cuajado muchísimo, no creo que les perjudique, pero no se si otras plantas se pueden ver perjudicadas. Lo que si he observado es que otros años los brotes tiernos del mango solían tener pulgón, y este año no.